Bandas Tributo: ¿Homenaje o Negocio?

            Cada día que pasa van surgiendo un mayor número de bandas tributo, creando un abanico cada vez más amplío, en cualquiera de los ámbitos musicales que existen, sin distinción de época, estilo o de sí el grupo en sí está actualmente en activo o no.dios_salvealareina                                                               Son muchos los que deciden homenajear a ese grupo que tanto admiran a través de la creación de estas bandas llegando hasta el punto de imitarlos de manera física, disfrazándose como ellos e, incluso, realizando sus mismos movimientos en el escenario. Algunos ejemplos de estos grupos podrían ser Abbey Road (tributo a The Beatles), Dios Salve a la Reina (Tributo a Queen) o Metalmanía (tributo a Metallica), entre otros.

             Estas bandas aprovechan las ventajas que les supone realizar estas versiones como la práctica nulidad de riesgo económico o contar con una gran acogida por parte del público, ya que este se sabrá las canciones y las coreará con ellos de principio a fin.

        El gran crecimiento de estos tributos me ha llevado a replantearme si no solo nos encontraremos en una etapa de carencia de creatividad, si no que, también, simplemente es demasiado cómodo aprovechar las migas del éxito de un artista con un mayor reconocimiento y hacer negocio con ello.

         Actualmente la crisis socioeconómica y la subida del IVA cultural al 21%, han beneficiado a este tipo de bandas, quienes ya ocupan un 30% de la música en directo en España, en su mayoría en salas pequeñas que poseen una programación fija. Y no solo ocurre en estos locales, sino que, también, los festivales prefieren los tributos en su cartel para cerrar sus horarios a altas horas de la madrugada.

          Esto supone un problema para los grupos que tratan de iniciar su carrera en el mundo de la música puesto que se decide apostar por la manera de hacer “caja fácil y rápida” en lugar de arriesgar por la creatividad y la originalidad que puedan aportar las nuevas bandas emergentes.

         Estos motivos hacen que me pregunte el porqué no se da acceso y la oportunidad de mostrar su trabajo a los grupos emergentes, si predomina el poder de convocatoria a la originalidad y si el hecho de arriesgarse y ser creativo sirve para algo en los tiempos que corren.

        La respuesta que obtengo al respecto es clara: si no venden, no interesa puesto que no es rentable y no se puede obtener el mismo beneficio. Predomina la cantidad a la calidad, la capacidad de hacer de la música un negocio sencillo y rentable y no la originalidad y creatividad que se puedan mostrar en el mismo.

           Tras reflexionar sobre ello considero, con todo mi respeto hacia las bandas tributo y al trabajo que hacen, que se debería valorar dejar de mirar al pasado y empezar a permitir que se enriquezca la cultura a través de los nuevos enfoques que la música y las bandas emergentes nos pueden descubrir.
Porque… ¿Qué más nos puede aportar algo pasado que no lo haya hecho ya?

Rocío Díaz Pascual

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