El Arte, la Cultura, la Música, los espectáculos en general, viajan en el «vagón de cola» en la llamada «nueva normalidad».

Cuando estamos a punto de entrar en la nueva normalidad, cuanto estamos a punto de dejar atrás las correspondientes fases que las autoridades sanitarias han dispuesto en las distintas zonas del territorio español, cuando estamos a punto de superar definitivamente el estado de alarma. Ahora que volvemos a la «vida normal», deberíamos ser capaces de priorizar contenidos y necesidades en nuestra sociedad; la Sanidad, la Educación y la Cultura son pilares fundamentales. Espero que no se nos olvide nunca lo importante de tener un buen sistema público sanitario, que reforcemos la educación pública y que no dejemos atrás la Cultura. La Cultura es la base y el fundamento de lo que somos.

      ¿Habéis pensado quién.. Quienes eran los que nos mantenían entretenidos en los momentos más duros del estado de alarma, quienes nos hacían los días un poco más amenos durante el confinamiento, ¿os acordáis?

     Mientras los sanitarios luchaban en primera línea, en los hospitales, contra el Covid-19, los transportistas se recorrían incansables las carreteras españolas para abastecernos de todo lo necesario, los empleados de los supermercados nos atendían con la mejor de sus sonrisas en los momentos más amargos. Mientras todo eso ocurría de puerta para fuera, en las redes sociales, en internet, en streaming estaban…. los artistas, los cantantes, los músicos, los payasos, los poetas…la cultura, en definitiva, el Arte. Sí, ahí estaban, dándolo todo, sin pedir nada a cambio. El Arte, los artistas fueron, han sido durante estos días la herramienta necesaria que ha ejercido de canalización de emociones en momentos duros. La terapia perfecta en un momento en el que la música y sus «derivados» era la esperanza en la que nos apoyamos los seres humanos para curar tristezas y sustituirlas por amor, felicidad y esperanza.

       Ahora, por el contrario, una vez pasado lo peor, nos olvidamos de ellos, de todos, lamentablemente son los últimos en unirse a lo que llamamos «nueva normalidad». Aquellos que en momentos difíciles no pedían ningún tipo de explicaciones, que suspendieron todo su trabajo, toda su actividad, sin más…ahora les dejamos en el pelotón de cola. 

   Cantantes, músicos, bailarinas/es, técnicos de luces, de sonido, montadores, managers…CULTURA, son, si nadie lo remedia, los últimos en incorporarse a la «nueva normalidad» y lo más triste es que muchos de ellos se van a quedar en el camino ante la imposibilidad de poder remontar el vuelo.                  Seguramente, en un futuro no muy lejano cuando comencemos a ver las cosas con más claridad, cuando nos entren las dudas de si las decisiones que en algún momento se tomaron fueron precipitadas o no, acertadas o no, ya será demasiado tarde y,   recurriremos a ellos nuevamente para solicitar su apoyo, su trabajo, su esfuerzo en apoyo de este o aquel evento «benéfico» en recuerdo de los afectados en los tiempos difíciles del coronavirus y, seguro que ahí estarán sin un mal gesto, como siempre… ¿o no? 

MQ

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