Fiestón total. Un fin de gira siempre es un momento único para un músico. Si a eso le añades el poder tocar con una banda de amigos con los que llevas en la carretera más de veinte años y sigue habiendo buen rollo y una conexión brutal, la sensación de euforia y de estar «en la nube» es completa. Y así debía sentirse ayer la banda granadina Eskorzo que despedía en Madrid una gira que se ha alargado dos años, ni más ni menos, desde que sacaran Camino de Fuego en 2014. El cansancio acumulado no se dejó ver en ningún momento en los compononentes, y sí una infinita alegría que se reflejaba en sus sonrisas.
Eskorzo y Boikot. «Somos Pobres»
DJ KAPTIN se encargó de hacer el calentamiento con temas de Afrobeat, ska y balkan. Todo un adelanto de lo que nos esperaba a continuación. Pasadas las ocho y media de la tarde, José Uribe y Zeque Olmo (batería y percusionista) empezaban el ritmo endiablado de la canción que da título al disco y al sendero que ha recorrido la banda estos dos años: Camino de Fuego. Locura tras la entrada de Tony y compañía y la gente entregada desde el minuto uno. Un inicio de concierto espectacular con cinco temas enlazados sin parar. Tras Camino de Fuego, Mala Conciencia nos hizo darnos cuenta de que lo íbamos a pasar mal en la Joy Slava, quizá una sala muy pequeña y no muy bien acondicionada para este tipo de eventos. Pogos, sudores y empujones durante los quince minutos de canciones empalmadas.
Y empalmados, me permitan la expresión, estábamos ya cuando sonaron temas como Botas de 7 leguas, El Roto y Cabezabajo con la 
primera colaboración de la noche a cargo del cantante Mario Díaz. Una de las colaboraciones más acertadas de la noche con este tema del segundo trabajo de Eskorzo. Y es que si algo tuvo de bueno este concierto es que la banda se acordó de todos y cada uno de los álbumos que ha publicado. Al menos una canción cayó de cada uno de los cinco discos que han publicado como Eskorzo. Y algunas con colaboraciones tan acertadas como las de Antílopez con Calle Amargura, Canteca de Macao en Reggae pa’ mai (de aquel primer y lejano Mundo Bullanga) y Juankar y Grass de Boikot en Somos Pobres. Momentazo este último digno de destacar con ambos tocando batería y bajo provocando la locura colectiva, móvil volando por toda la sala incluído de este servidor. Quizá alguien echó en falta alguna canción más de aquel «Paraísos Artificiales» pero si lo hizo, no se notó porque para el momento de tocar Ruido los decibelios alcanzaban ya cotas máximas.
Eskorzo y Canteca de Macao. «Reggae Pa’ Mai»
Bien es sabido que no hay buen concierto, y menos de despedida, sin unos buenos bises. Tony Moreno, frontman y cantante de la banda, se animó a tocar la guitarra en dos de los temas más intimos del último disco: Sé Feliz y Ojalá estuvieras aquí. Entrada de a poco para vivir los momentos más intensos de la noche. Una Amenaza Fantasma ya imprescindible, cantada a dúo con Aitor Velázquez de Hora Zulú, trajo arriba a todo el público para disfrutar de un final apoteósico: versionaza del clásico Clavelitos y Acelera para coger impulso hacia la destrucción total con El que tenga el amor.
Casi dos horas de éxtasis, locura y concierto de finde gira intenso, arropados por un público que los adora y disfruta cada concierto como si fuera el último. Un concierto de fin de gira curradísimo por la banda, que tenía ganas de ofrecer un gran espectáculo para despedir, pero quizá, por poner algún pero, algo desmerecido por el sonido de la sala y el espacio para la gente que no se podía mover muy a gusto. Aún así, Eskorzo demostraron tener cuerda para rarto y ya sólo queda esperar con qué nos soprenderan en el próximo disco del que hablamos con ellos en la entrevista de La Cabaña del pasado jueves.
Rubén García.