¿Qué pasa con el Rock y el Metal en este país?

Una pregunta que mucha gente se lleva planteando desde hace tiempo: ¿qué está pasando con el Rock o el Metal a nuestro alrededor?
Somos conscientes desde hace unos años que la escena está evolucionando; una evolución que ha arrastrado a críticos, promotores, agencias, managers, gente de los medios, técnicos, productores, fotógrafos, redactores, al público, a los músicos y en último sentido a la «cultura de calle». Pero, a sabiendas de que hay algo que se cuece día a día, ¿por qué no llega ese momento de arrancar? o ¿acaso ha arrancado ya y no nos hemos dado cuenta?
Yo soy más de esta segunda opinión, sin embargo pienso que el camino que se está llevando no es del todo acertado. Amparados en la crítica constante hacia el otro lado del charco, creo que deberíamos hacer más bien autocrítica y aprender de aquellos que han sabido hacer las cosas bien a lo largo del tiempo, unirnos a su modo de trabajo y, si es posible, mejorarlo.Falso Profeta
Hoy en día, las nuevas tecnologías (entre ellas, esta plataforma en la que escribo) han permitido una difusión de la música hasta límites insospechados. Por otro lado, eso no quita que la sobrecarga de información, falsedad o manipulación sea igual o mayor a la que pudiera otorgarse a la «caja tonta». Pero más allá de la televisión, las radios o las revistas, en las que se nos vende la música como a «ganado», somos nosotros, el público, los oyentes, los propios músicos y los implicados en esto en mayor o menor medida, los que tenemos libertad absoluta para elegir, hacer y decidir el rumbo de nuestros intereses. Sin embargo perdemos el tiempo constantemente en juzgar, criticar, menospreciar o infravalorar lo que tenemos o todo aquello de lo que disponemos.
¿De qué sirve mirar los toros desde la barrera si en el fondo vamos a estar a expensas de lo bravo o manso de lo que se nos vaya a presentar delante? Es momento de coger el capote, vestirse de luces y ponerse a torear; y sin caer en el error de entrar a matar (algo muy común en nuestra tierra, por desgracia), deberíamos conocer y valorar un poco más en profundidad lo que es arte y lo que no lo es; lo que se nos vende o lo que de verdad queremos comprar; lo que nos parece caro mientras nos tomamos un cubata o lo que desechamos a precios irrisorios por posible producto defectuoso…
Nosotros mismos podemos hacer levantar esto; nosotros mismos podemos hundirlo.
VITA-IMANA
Si tuviera que hacer un listado de bandas, músicos, managers, promotores, técnicos, productores, fotógrafos, redactores, periodistas o gente del medio que está intentando hacer las cosas bien en este país desde un tiempo atrás, me extendería tanto como si anotase aquellos otros que están manchando o cerrando puertas a nuevos valores o sistemas de trabajo; la lista de Schindler del Rock…pero prefiero no caer en el mismo error que vengo a criticar.
Como en todo, el progreso es innegable, las nuevas ideas, la creación, la libertad, el aprendizaje y la renovación. Sin embargo, muchos intentan aferrarse al pasado o simplemente negar lo evidente. Muchos otros creen dominar el mundo desde sus casas, haciendo login desde el anonimato y decidiendo si la piratería, las discográficas o la música en general se mueven, se tambalea o se engrandece gracias a ell@s. Otros tantos piensan que esto es llegar y besar el santo, y enseguida se ponen apellidos sin saber siquiera cómo se llaman….y por último, magnates, políticos o religiosos que intentan manejar, crispar o entrometerse en camisas de once varas (chupas de cuero más concretamente).
El camino se hace andando y la música estudiando, y si alguien piensa que hacer o deshacer una empresa o multinacional, o simplemente montarse un grupo, llegar al estrellato y levantar el puño, es algo que se aprende en una academia de televisión, en los foros, o bien comprándose un instrumento o una cámara de fotos, va muy mal encaminado.
BOIKOTViviendo en un país en el que hemos arrastrado aquella filosofía de «el que no estudia no mama» (cosa totalmente cierta), pensando que coger un libro siempre es sinónimo de triunfo y no cogerlo, de fracaso, nos hemos limitado siempre a visionar la música, el arte, o el movimiento cultural que se genera a partir de ellos, como algo destinado a bohemios, delincuentes, soñadores o delirantes…y sin embargo, ha sido gracias a aspectos como la música, el arte o la cultura, por la que este país del que se dice ser desarrollado, ha sabido poner pies en tierra y caminar. De todo ello, bajo la losa que se ha tenido que soportar siempre bajo el «apodo» de artista, se ha salido a la superficie solo en momentos puntuales (generalmente relacionados con situaciones de caos político), y nunca ha sabido ser un movimiento con motor propio.
Ahora, aprovechando una época de crisis como la que vivimos, es momento de incitar a todas las almas con afán de progreso y experiencia, a los músicos a hacer música de verdad, a los promotores a promocionar, a los medios a mediar con el mismo rasero y al público a ser público, y no verdugo.

Tenemos en nuestras manos y frente a nosotros un futuro prometedor en cuanto a la escena del Rock y del Metal se refiere. Muchas de las grandes bandas de siempre parecen haber renacido, otras deben incitarnos a tomar su testigo, con nuevos valores, jóvenes, músicos con todas las letras, artistas que estudian, trabajan o simplemente sueñan con lo que debe ser realidad.

Aprovechemos todo aquello que tenemos a nuestro alcance para difundir nuestras ideas y conocimiento, para aprender, para crear y para tomar prestado todo aquello que no pertenece a nadie y nos pertenece a tod@s.
Levántense y echen a andar de una vez por todas. Compren música o simplemente disfruten de ella, no la desprecien. Acudan a los conciertos motu propio y no embaucados por terceros o por consejo de los grandes comunicadores. Cambien de dial en la radio con frecuencia. Gástense el dinero en aquello que tenga valor y si no lo hacen, no lo descuiden. Critiquen con fundamento y pónganle condimento a todo lo que digan y, sobre todo, caminen.
Y por último, si crees que merece la pena tomar conciencia de esto, difunde esta pequeña y humilde opinión en tu muro, a través de tu correo electrónico, en tus conversaciones en el bar o en el ascensor…o simplemente calla y deja a la música, la escena y a la gente que quiere avanzar que avance.

David Sobrino
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