Restricciones del Covid-19 en el mundo del espectáculo. Convertir un «MacroEvento» en varios «MicroEventos» ¿Será esa la clave?

         Las restricciones establecidas por las autoridades sanitarias tras la pandemia del Covid-19 invitan a agudizar el ingenio, a crear nuevas vías para el desarrollo de las actividades culturales  y de ocio en estos nuevos tiempos que nos ha tocado vivir. De momento nada puede ser como antes, no solo por la tristeza que nos invade a todos el gran número de personas fallecidas que nos ha dejado esta pandemia.                  Debemos olvidarnos durante algún tiempo de aquellos macroconciertos, macroeventos, macrofiestas, macroverbenas, en fin todos los «macros» imaginables  a los que nos tenían acostumbrados, en los que el «éxito» del evento era aquél en el que se reunía mayor cantidad de público. El límite de aforo unido a las normas establecidas por las autoridades sanitarias son hoy el caballo de batalla para empresas de sonido, espectáculos, orquestas, en definitiva,  para todo el sector dedicado a la cultura y el ocio.

        Si conseguimos sustituir  la palabra «macroevento» por la de «microeventos» (en plural) por ejemplo, tendremos mucho ganado. Hoy por hoy esta es la dificultad más importante a salvar en este tipo de espectáculos, entre otras cosas,  son las restricciones en el número de asistentes. Si se quieren seguir desarrollando actividades con público hay que adaptarse a las normas.

Hace unos días el Ayuntamiento de Toledo mantuvo una reunión telemática con todos los agentes culturales, asociaciones y profesionales del sector de la cultura y el ocio de la ciudad para plantear diversas soluciones.

Según informa Toledodiario.es una de las propuestas más ambiciosas de cara al final de la desescalada la hizo la empresa Producciones Multiples, habitual en los eventos de la capital toledana, que expuso la posibilidad de crear un centro cultural al aire libre en la explanada del edificio Toletum, que hasta la declaración del estado de alarma se estaba usando como aparcamiento para los autobuses turísticos que llegaban a la ciudad. Además se propuso la utilización de la Plaza de Zocodover y otros espacios y rincones emblemáticos de la capital toledana para adaptarlos culturalmente a un mínimo aforo.

La empresa toledana, que presta servicios de sonido e iluminación, así como la instalación de carpas y escenarios, ha diseñado una proyecto para convertir este espacio en un escenario versátil que podría acoger una amplía variedad de actividades culturales, adaptándose a las medidas de seguridad que se establecen en cada fase de la desescalada.

Ensayos de bandas musicales, presentaciones de libros y acciones literarias, cobertura escénica para representaciones teatrales, de danza u otras disciplinas, un cine de verano, conciertos o actividades infantiles son algunos de los eventos que podría acoger este espacio. En él, se daría cabida a las propuestas de las entidades culturales de la ciudad, que demandaban también la creación de una agenda común con las que organizar todas las actividades.

Plaza de Felipe Villa

La celebración de cualquier hipotético evento en las próximas fechas supondrá un reto para  los responsables del mismo. Garantizar la distancia de seguridad entre los participantes y establecer medidas higiénicas para prevenir posibles contagios. Diseñar sistemas con horarios establecidos por los espacios determinados reducir el  control del aforo, evitar aglomeraciones serán otros de los parámetros a tener en cuenta para desarrollar eventos con una elevada asistencia de espectadores. La responsabilidad y el civismo de los asistentes a estos eventos será, al final, la parte fundamental de este tipo de eventos en el tramo final de la desescalada.

   Indudablemente no nos podemos comparar con la capital, no tenemos una explanada comparable a la de Toletum, pero sí poseemos muchos y diversos espacios, al aire libre, muchos de ellos acogedores y con encanto,  adaptables a cualquier tipo de actividad cultural.

Si convertimos un «macro» en muchos «micros», habremos conseguido, además de reducir los costes, potenciar esos rincones que nos rodean, esas plazas a las que nunca le damos la importancia que tienen, al mismo tiempo que promocionamos nuestro patrimonio, nuestra cultura, nuestros artistas, nuestra poesía, nuestra música, nuestra literatura y nuestro arte.

Texto: MQ

Fotos (collage) Quintanar: Ángel J. Cachón

Imagen (collage) Toletum: Toledodiario.es

 

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